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miércoles, 9 de julio de 2008

Zéfiro

zephyrus.
Viento suave y apacible.

Para que las hadas puedan tocar un corazón, debe existir un céfiro que sutilmente las llame.

Incríblemente me encuentro ante uno... y sólo puedo nombrarlo así porque a través de su calidez y al mismo tiempo frescura, ha llamado a mi espíritu. Quisiera tener la manera adecuada de describir esa sensación pero por sí sola se transparenta al hablar de la magia y la realidad conjugada en la comunicación de ambos... magia desde la naturaleza que nos da vida... realidad desde nuestros mundos.

Para que un hada sonría basta la suavidad de una palabra y la apacible forma en la que este viento le habla... contagiando alegrías...



... un céfiro, eso eres, te he nombrado también.
AHEO

1 comentario:

Emig dijo...

Viento suave y apacible... así me siento a veces y así me identifico no porque me sienta, sino porque creo que es parte de lo que soy. Cuando aparece la duda, la indecisión, el viento se torna espera y el movimiento para, la voluntad queda arraigada en algún escondido diván de uno mismo y la emoción se estremece en varios sentidos, dando a entender que nada entiende y de nuevo aparece el rumbo sin rumbo, de nuevo el mariposear por las flores hace que todas parezcan iguales, cuando se busca algo en ellas, en vez de observarlas con atención y ser de nuevo ese viento suave y apacible...
Hermoso texto el tuyo.
Un abrazo y una sonrisa.