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lunes, 31 de diciembre de 2012

Mentirosa

Escucha una melodía y abrigada en la luz de la Luna contempla la noche. Mira atenta el nocturno cielo y siente el vivaz titileo de las estrellas. Está serena y por momentos la absorbe el maravilloso panorama. Hacía tanto que no se arrojaba así, trasluciéndose al antojo del aire que sigiloso le habla al oído. Pero no le cuenta de lugares invisibles como suele pasar o de las imágenes del día a día... Esta vez le trae el aroma de él, la va envolviendo al tiempo que le repite una palabra, una que la acusa y no puede refutarlo; mientras recorre sus sentidos, el aire nocturno la llama "mentirosa" y, lo dicho, no puede negarlo. Así que en un acto de honestidad, lo confiesa.

Toma una hoja y escribe:


"Te he mentido. Muchas veces.Y sé que no cuentan en compensación las veces que apreté los labios después de hacerlo como en un gesto de arrepentimiento, pero así era. Todos los "te quiero" que escuchaste, son mentira. Quizá tampoco valga explicar por qué los dije pero sabía lo que dirías si en su lugar te hubiese dicho la verdad así que me conformé con decirlos y escuchar tu correspondencia a ellos sabiendo que era lo más que podías decir.

Desde que me dí la oportunidad de acercarme y de estar ahí para ti, reviví la sensación de saberme capaz de ofrecer un lugar cálido al corazón que así lo quisiere, de poder obsequiar una parte del tiempo mío que es lo más preciado que tengo junto con mi corazón y mi espíritu, que también removieron sus fibras adormiladas para poder abrazarte. Y traté, pero no pude dejar de sentir. Escogí la sombra para poder estar cerca, fue un trato implícito conmigo misma desde el inicio y así continué el camino, estando ahí, tratando siempre de sacarte una sonrisa, de hacerte sentir mejor cuando tu alma estaba nostálgica a pesar de tu risa, así lo intuía en tu mirada... había que estar contigo, queriéndote. Uy! aquí vuelvo a mentir, lo notaste? 


Pero aún con todas las razones expuestas, mentirosa soy y, no puedo dejar de escuchar el musitar de la noche acusadora.

Cuando las circunstancias dictaron que no te vería más con la frecuencia acostumbrada, te abracé. Dije tantas cosas con ese abrazo: Quizá sentiste como temblaba mientras lo hacía; pero incluso en ese momento te mentí: un "te quiero" volviste a escuchar, aún cuando planeaba no decirlo, cuando había hecho un discurso más o menos decente para cerrar ahí con el largo tiempo en el que estuvimos cerca y en el que compartimos situaciones, ideas, afectos. Pero no pude decirlo, la cobardía me ganó o quizá simplemente fue que no quería escuchar el silencio de tu respuesta."


Y el estremecedor sigilo del aire la recorre, la envuelve al pensar en ese preciso momento y la acusa con mayor razón porque ya no habrá otro instante igual.

"Tal vez los caminos del tiempo te hagan leer esta nota. Desconozco lo que pensarás y no me preocupa. Y es así porque lo escrito es tan real como cada mariposeo al mirarte y sentirte cerca; como el llanto al saberme enamorada, algo que pensaba no volver a sentir; como las mil y un estrategias para verte por lo menos un instante al día y poder saludarte; como mi corazón latiendo con fuerza al abrazarte o al robarte un beso; real tanto como mis suspiros al seguir las melodías y acoplar nuestros pasos, con la música exterior o con la interna regalándonos nuestro propio ritmo; tan real como los celos que de repente me invadían y que me esforzaba en ocultar, sin razón para que me tomara el atrevimiento de sentirlos, pero ahí estaban; tan así como la alegría de recorrer no importa qué distancia solo para estar contigo; tanto como la fe que ponía en cada día para hallar algo que te dejara impresa una sonrisa sincera en el rostro y te alejara un poco de alguna nostalgia... 


Tan real como lo que siento. 

Te amo. No lo puedo evitar. Te amo al amanecer, al medio día, por la tarde, por la noche, mientras duermo, cuando despierto. Te amo, así sin más; solo te amo. Quisiera poder hallar otra razón para fundamentarlo pero es que solo tú eres esa razón, es así de sencillo. No, no te quiero, yo te amo. Esa es la verdad. Con todo lo que eres, así tal cual. Pero no lo escucharás, ya no hay más oportunidad. Quizá lo leas y entonces puedas colorear con estas palabras algún recuerdo en el que me tengas y posiblemente entiendas algunas cosas. 

Ahora, debo resolverlo, mis esfuerzos por frenarlo han sido insuficientes... y es que no se trata de frenar el deseo de ternurarte, de acariciarte, de hablarte, de abrazarte, de procurarte; sino de frenar lo que le da origen a ese deseo: se trata de frenar el amor y, eso sí se me complica. Sé que es bueno estar para ti pero también sé que siempre has tenido quien ocupe tu corazón. Por ello, antes que no pueda controlarlo más y que se me desborde en cada paso que doy,en cada cosa que diga o haga, tengo que resolverlo. Sé que entiendes de lo que hablo, quizá ya lo hayas notado. Al ser responsable de todo lo que siento soy responsable igual de poder extinguirlo, tarea difícil; quizá lo mejor es que quede por ahí resguardado el sentimiento como algo que al rememorar me provoque un suspiro de satisfacción por haberlo sentido, por haberlo vivido."


Justo cuando piensa y escribe esto, el sigilo del aire nocturno termina por sacudirla con una ventisca refrescante, es una sensación liberadora, claro, a la manera en la que las palabras lo permiten. Cerrará la ventana y dedicará el último sueño a su ser sintiendo esa capacidad de amar. Atrapará un momento la imagen de él y su calor, los dejará ir pero se quedará con su aroma y así, atesorado, seguirá caminando. 

"En tanto lo resuelvo, en la distancia, podría escribir tantas veces como sea necesario "TE AMO" para seguir sintiendo la ventisca  mientras me voy, para poder respirar azules sin tener que mirar más allá de la línea del horizonte y que sea ésta la que me baste para no crecer más los sueños en los que estás tú, para aliviar un poco el sentimiento que, al fin lluvia, se precipita por los laberínticos caminos del espíritu brindándole un desahogo a través de sus espejos.


No alcanzo a imaginar siquiera cuántas veces he de escribirlo, sé que serán muchas; la regla a seguir será la de hacerlo más veces que el día anterior pero menos que las que correspondan al día siguiente y, como todo trazo nacido del corazón es auténtico, entonces no se tratará de palabras repetidas sino de cada una con una personalidad propia, una diferente a cada momento, varias distintas en un día, múltiples únicas en un tiempo, eso sí, con un solo destino, tú."


Para hacerlo no debe dar vuelta a la página sino cambiar el libro. Iniciar con trazos agradables que inviten a leer calidez, a sentir cómo el espíritu vuela mientras dibuja en el aire una y mil caricias para el corazón que provoca cada suspiro suyo, que se quedan suspendidas pero listas para cuando él quiera tomarlas. 

"Lo dicho, continúo el camino.

Te amo 


TE AMO


Hasta siempre."

Una sonrisa la invade. Guarda la nota y duerme.

Me quedo pensando... ¿y qué hay de la mirada? ¿acaso ésta no habla? 

(14-31 Dic 2012)


Esta es la melodía que escuchaba :)