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viernes, 7 de marzo de 2008


Tengo varios espíritus alojados en el corazón. Hoy escribiré de aquellos hombres que han sabido transparentarme algo de su ser y tomado, imagino, algo del mío... al menos eso es lo que quiero: ser para ellos como son para mí.

Gracias...
a quien desde las sonrisas infantiles ha conservado su mano tomando la mía;
a quien en torbellinos de ternuras dejó el sello del amor en mi piel, siendo ahora pasado;
a quien con sus ojos brujula mi camino cuando siento que he perdido el rumbo;
a quien con la voz tan peculiar sacudió mi sonrisa y se unió, gratamente para mí, a mis alegrías;
a quien a tiempo estoy con las ideas y el pensamiento;
a quien posee el maravilloso don de sorprender y alegrarme así los días;
a quien una vez reencontrado revive los sueños que empolvados esperaban;
a quien en cada abrazo me brinda protección y confianza en mi misma;
a quien le he aprendido más acerca de la complicidad con la mirada.

Cada línea es uno... un espíritu que ha contribuído a la construcción de mi ser e indudablemente desde su ser ha valorado el mío: mujer

Pd. ¿Te reconoces?... si es así, dímelo.

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