Hablarte

Busco un motivo para hablarte, perdón, motivo no! Motivos tengo muchos, tantos que ahora a la cabeza no me viene sólo uno como el más importante.

Busco las palabras adecuadas para hablarte. Pero palabras más o palabras menos todas tendrían la misma intención: hablarte del inmenso cariño que siento por tí.

Busco un estilo acorde para decírtelo, aunque me parece que para ello no tengo que buscar alguno porque tengo uno propio: ése que anima mis palabras, que les da alma; ése que en un abrazo de tinta quisiera escribirte en la piel; ése que en silenciosas reflexiones tiene una bendición para tí.

Por lo tanto, para hablarte tengo motivos todos originados por cariños, deseosos de ser escuchados y sentidos.

Ahora el siguiente paso: ¡hablarte!