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viernes, 8 de febrero de 2008

Colisión


¡Qué diferentes mundos! De cada visión, un mundo distinto en el que todo se acomoda a nuestra particular forma de ser.

Construimos selvas, bosques o desiertos. Determinamos para cada relieve formas y seres que son como nosotros queremos, como deseamos que existan en nuestro mundo, damos características detalladas, físicas o emocionales, exteriores o interiores, otorgamos sentimientos y formas de pensar, incluso formas de ver nuestro mundo. Aún más, nos empeñamos en hacer que nuestro mundo sumerja en él a todos los seres y su propio mundo y ellos a su vez pretenden lo mismo. Nos otorgan a priori formas de sentir y de pensar... de ser... de ver su mundo. Pienso que lo importante no es tener cada uno su mundo, ni la discusión sobre cuál es mejor, sino hallar en cada uno un remanso de paz en donde conjugar nuestros seres.


¡Qué diferentes mundos! Tantos como seres humanos existimos, tantos como estrellas hay en el universo, semejantes pero nunca iguales...increíble naturaleza nos da la facilidad de crear mundos. El problema es cuando nuestro mundo no evoluciona colisionándose con otros mundos, cuando nos interioriza y no vemos más que su horizonte... y no es cuestión de poder hacerlo sino de quererlo.


Darnos cuenta de todo esto es el primer paso. ¡Colisionemos nuestros mundos y evolucionemos!





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