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viernes, 1 de enero de 2010

Enero 1



Entre destellos de magia propia una hada mágica de palabras y sueños teje con los hilos de cascadas la tela perfecta para cobijar corazones.


Tiene en su tierra miles de lucecitas para cumplir deseos... todos posibles en una gota escrita con tinta de color inquieto, cambiante según designios de cada espíritu que atraviesa su tierra y que guarda entre manos esa gotitas inquietas que se mueven alrededor de cada cual... que se pegan y hacen sentir la calidez interior de la maga...


¡Felicidades Hada de las palabras!


¡Que las cascadas sigan salpicando gotitas de colores que lleven tu calidez a todos los mundos!



Haydeé

2 comentarios:

Marinel dijo...

Mi querida amiga...
Para nada esperaba este precioso gesto que me dedicas y me enviaste por mail,porque ya es sabido por todo aquel que me conoce, de mis despistes, mi escasez de tiempo y mis ímpetus...
Eso fue lo que me impidió verlo aquí en tu espacio y que tú benévola me enviaste :)
Me hubiese encantado poder ponerlo en mi blog de manera bien visible,pues me haces sentir demanera especial con tus palabras, y sé bien que no lo soy...
Pero lo he puesto como he podido,que también reconozco mi torpeza en estos lares...
De nuevo te agradezco desde mi alma, este maravilloso regalo por mi cumpleaños,que sumo complacida a esos otros no materiales que me han hecho y que me han llegado mucho más adentro de lo que puedo expresar...
Millones de besos y millones de gracias.

Marina dijo...

Desde Misiones, Argentina, la provincia de la tierra colorada...es una necesidad perenne poder manifestarme, eres un ser de luz, la irradias desde donde sea que te encuentres, y tus palabras suenan como una diáfana música en los oidos del alma. Calor de conceptos, bondad de expresión, espíritus afines desde las vibraciones de los sublime.
Desde luego te estoy agradeciendo que existas y puedas plasmar en este espacio virtual, tan real, estas ideas, poemas y mensajes que llenan el corazón de sentimientos nobles, gracias por tu generosidad al compatir tanta riqueza espiritual.
Te saludo, y te bendigo, desde estas tierras.
Marina Guadalupe Laverán